El bruxismo es un trastorno que involucra el apretamiento involuntario y consciente de la mandíbula, así como el rechinamiento de los dientes, tanto durante el día como en las horas de sueño. Este problema afecta a una considerable parte de la población, llegando a alcanzar alrededor del 20%, y suele estar estrechamente vinculado con el estrés y la ansiedad.
El bruxismo a menudo conlleva una serie de síntomas adicionales, como trastornos del sueño, dolores de cabeza, migrañas, molestias en la cara, mandíbula u oídos, que pueden agravarse en períodos de estrés. A largo plazo, el apretamiento constante de los dientes puede provocar un desgaste significativo en las piezas dentales y, si no se aborda, puede resultar en la aparición de artrosis en la articulación de la mandíbula, conocida como articulación temporo-mandibular (ATM).
El diagnóstico del bruxismo suele basarse en la detección de signos como el desgaste dental o el engrosamiento del músculo masetero, así como en la presencia de síntomas como cefaleas, especialmente por la mañana, o dolor facial.
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